Miles de cubanos se han arriesgado a ir a la cárcel al unirse a las mayores protestas desde hace décadas contra el gobierno comunista de la isla.
«No hay comida, no hay medicinas, no hay libertad. No nos dejan vivir», dijo uno de los manifestantes del domingo, cuyo nombre es Alejandro.
Las protestas son significativas, porque los críticos del gobierno se enfrentan a duros castigos por la disidencia en Cuba.
El presidente de la isla llamó a sus partidarios a «luchar» contra los manifestantes.
Cuba se encuentra en medio de una crisis económica y ha sido duramente golpeada por las sanciones de Estados Unidos y Covid.
Los cubanos se han enfadado por el colapso de la economía, la escasez de alimentos y medicinas, la subida de precios y la gestión de la pandemia por parte del gobierno.
Los manifestantes gritaron «libertad» y «abajo la dictadura» en las manifestaciones celebradas en toda Cuba, incluida la capital, La Habana.
«No tenemos miedo. Queremos un cambio, no queremos más dictadura», dijo un manifestante anónimo en San Antonio.
Decenas de manifestantes antigubernamentales fueron detenidos por las fuerzas de seguridad, que contaron con la ayuda de agentes de paisano, informa la agencia de noticias Reuters. Las imágenes en las redes sociales mostraban lo que parecían ser fuerzas de seguridad deteniendo, golpeando y rociando con gas pimienta a algunos de los manifestantes.
Se informó de cortes de Internet en toda la isla y un fotógrafo de Associated Press resultó herido tras un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
En respuesta a los inusuales disturbios, el presidente Miguel Díaz-Canel se dirigió a la nación en un programa de televisión y culpó a Estados Unidos de la agitación. Calificó de «política de asfixia económica» las estrictas sanciones impuestas a Cuba, que han estado vigentes en diversas formas desde 1962.
Díaz-Canel dijo que los manifestantes eran mercenarios contratados por Estados Unidos para desestabilizar el país, y pidió a sus partidarios que salieran a defender la revolución, en referencia al levantamiento de 1959 que dio paso al régimen comunista.
«Se ha dado la orden de luchar: ¡a la calle, revolucionarios!», anunció.
La jefa de la diplomacia estadounidense para América Latina, Julie Chung, tuiteó: «Estamos profundamente preocupados por los ‘llamados al combate’ en Cuba».
Estados Unidos -que tiene una historia de hostilidades con Cuba desde hace décadas- ha dicho que está con los cubanos, y ha pedido a los gobernantes que se abstengan de la violencia y escuchen a su pueblo.
«El pueblo cubano está reivindicando con valentía los derechos fundamentales y universales», dijo el presidente estadounidense Joe Biden en un comunicado.
No hay libertad
Las protestas antigubernamentales comenzaron con una manifestación en la ciudad de San Antonio de los Baños, al suroeste de La Habana, pero pronto se extendieron por todo el país.
Muchas de ellas fueron retransmitidas en directo por las redes sociales, que mostraron a los manifestantes gritando consignas contra el gobierno y el presidente, y pidiendo un cambio.
En las redes sociales se mostraba a la gente volcando coches de policía y saqueando algunas tiendas estatales que cotizan sus productos en moneda extranjera. Para muchos cubanos, estas tiendas son la única forma de comprar productos de primera necesidad, pero los precios son elevados.