En Chile actualmente tenemos tres sistemas de interconexión eléctrica capaces de brindar energía a miles de familias y empresas. Para un suministro continuo y robusto, uno de los elementos clave es contar con redundancia, comentan desde Transelec, empresa eléctrica que la implementará en Chiloé a través del denominado Proyecto Tineo-Ancud.
En la actualidad el trazado eléctrico de nuestro país se compone de tres participantes. Por un lado está el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), resultado de la unión entre el antiguo Sistema Interconectado Central y el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING). A ellos se les suma el Sistema de Aysén (SEA) y el Sistema de Magallanes (SEM).
De igual forma, en todos ellos también operan otros actores importantes divididos en tres categorías. Las más conocidas son las empresas que participan en la distribución energética (ENEL, CGE, EMEL o Chilquinta), como también algunas plantas que se encargan de la generación eléctrica.
Sin embargo, existe un tercer participante que se preocupa de conectar a los dos rubros anteriores: la transmisión. Las compañías que conforman este grupo instalan sofisticados sistemas alrededor de todo Chile para permitir que la electricidad llegue a los rincones más alejados, desde los centros de generación.
¿Cómo lo hacen? A través de una serie de líneas de alta tensión y subestaciones eléctricas que permiten conectar las plantas generadoras con las líneas de distribución. Pero la construcción de estas líneas no solo posibilita el uso de la electricidad a escala humana. También genera lo que se conoce como redundancia, estándar que entrega mayor seguridad en el suministro eléctrico.
La definición de redundancia
Aunque comúnmente este término se asocia al mundo de la informática, es posible aplicarlo a varios rubros. En sí, la redundancia hace referencia a un sistema secundario creado para actuar como reemplazante de un sistema principal, en el caso de que este último falle.
Por ejemplo, en el caso de los servidores de red, la redundancia de hardware permitirá que ciertas piezas de emergencia comiencen a operar en el caso de ser requeridas.
En el ámbito eléctrico, a escala nacional, la redundancia se refiere a todas las líneas de alta tensión extras disponibles en una ciudad o territorio, que tienen la capacidad de operar en caso de que la línea principal presente fallas. En el caso de Santiago, existen tres líneas operativas, lo que se entiende como “n-3”.
¿Qué importancia tiene?
Para entenderlo de mejor manera, apliquemos un ejemplo. Una de las empresas más importantes a nivel nacional en transmisión es Transelec, que cuenta con una alta participación del Sistema Eléctrico Nacional. Esta compañía próximamente iniciará la construcción de una nueva línea de alta tensión en la región de Los Lagos, la que permitirá redundancia en la zona y particularmente en Chiloé.
Se trata de una ruta compuesta por 251 torres que conectarán a dos nuevas subestaciones, Tineo y Nueva Ancud. Al día de hoy la zona que va desde Llanquihue hasta Ancud cuenta con una sola línea de transmisión construida hace 25 años, la cual no dará abasto en unos cinco años ante el crecimiento poblacional.
“La nueva línea Tineo-Ancud va a permitir que la antigua línea de transmisión que abastece de energía a la Isla de Chiloé tenga redundancia, es decir, que ante un eventual corte de una línea, haya una de respaldo que impida una interrupción de servicio en la transmisión de energía eléctrica”, comenta Marcelo Concha, jefe de proyectos de Transelec.
Todo esto se traduce en una mejora sustancial para los habitantes de Los Lagos, especialmente los de Chiloé, quienes verán cómo la nueva línea les permitirá tener un servicio más moderno, acorde a los nuevos tiempos.
Se espera que conforme pasen los años, se vayan construyendo más líneas de transmisión en Chile que vayan en sintonía con la meta de generar un acceso universal a la electricidad en 2050, dispuesta en la Política Nacional de Energía.