Until Dawn, dirigida por David F. Sandberg, se estrenó en cines en España el pasado 25 de abril de 2025, prometiendo revivir la inquietud del famoso videojuego lanzado en 2015. Este título se convirtió en un referente del survival horror, donde la interacción y las decisiones de los jugadores tenían un gran impacto en la narrativa del juego. Con claros guiños a clásicos del género como Silent Hill y Resident Evil, la experiencia del videojuego capturó a los aficionados con su atmósfera escalofriante y su mágica construcción de espacios. La nueva adaptación cinematográfica de Until Dawn aspira a captar esa esencia, aunque plantea un enfoque fresco y disruptivo que deja a muchos fanáticos divididos.
Uno de los aspectos más intrigantes de esta adaptación es la decisión de desvincularse casi por completo de la narrativa original del videojuego. Sandberg y su equipo optaron por crear una historia limitada a nuevos personajes que se enfrentan a un bucle temporal en el que la muerte no es el fin. Este concepto, que recuerda a clásicos como Atrapado en el Tiempo, ofrece una perspectiva innovadora y refrescante que conserva la esencia de la angustia inherente a la experiencia del juego. Sin embargo, este cambio radical en la dirección narrativa también ha generado controversia entre los fanáticos, quienes pueden sentir que se pierde la profundidad y el desarrollo de los personajes a favor de un giro argumental más superficial.
La dirección de Sandberg muestra un cuidado meticuloso por la atmósfera, colaborando con los elementos de diseño más típicos del horror para mantener el interés del espectador. El director, que ya tiene experiencia en el género, logra equilibrar tensión y entretenimiento, combinando perfectamente el gore con momentos de humor macabro. A través de varios easter eggs y referencias al videojuego, Sandberg rinde homenaje a la obra original, utilizando tanto los elementos de terror tradicionales como nuevas fórmulas que estimulan la experiencia cinematográfica. Sin embargo, estas sutilezas pueden no ser suficientes para rescatar una narrativa que en última instancia falla en conectar emocionalmente con su audiencia.
Una de las críticas más significativas de Until Dawn radica en la falta de desarrollo de sus personajes. Si bien la película incorpora ciertos giros que mantienen al espectador en vilo, los protagonistas caen en el arquetipo típico del cine de terror, lo que provoca que la empatía hacia ellos sea escasa. A pesar de la aparición del inquietante Peter Stormare, quien retoma su papel del icónico Dr. Hill, su contribución es limitada y no puede elevar el nivel del repertorio actoral general. Esto, a la larga, resulta perjudicial para la experiencia del espectador, haciendo que su interés se disipe rápidamente ante la previsibilidad del relato y la superficialidad de las interacciones entre personajes.
En conclusión, Until Dawn emerge como un intento valiente de traducir la experiencia intensa y envolvente del videojuego a la pantalla grande. Mientras la adaptación presenta ciertos elementos visuales atractivos y giros interesantes en su narrativa, no logra escapar de los clichés del género de terror, dejando a muchos espectadores con una sensación de insatisfacción. Al final del día, la película puede resultar entretenida para quienes buscan una banda sonora de sustos y atmósferas inquietantes, pero su falta de profundidad y conexión emocional hace que se pierda una oportunidad valiosa de crecer más allá del simple entretenimiento.