Según los datos del Censo 2024, el panorama habitacional en Chile ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, evidenciado por el aumento del porcentaje de familias que viven en arriendo. Esta cifra ha ascendido a un 26,2%, en comparación al 17,7% registrado en 2002, lo que sugiere una transformación estructural en los patrones de vivienda, especialmente en áreas urbanas. La búsqueda por el sueño de la casa propia se ha vuelto cada vez más inalcanzable para muchas familias, debido a factores económicos y sociales que afectan a las nuevas generaciones, quienes enfrentan una realidad donde más del 26% de la población arrenda su hogar, llegando hasta un impresionante 72% en comunas como Santiago Centro.
El perfil de quienes acceden al arriendo ha cambiado notablemente; actualmente son adultos con aunque mayores trayectorias crediticias. De acuerdo con datos proporcionados por HomeSpotter, el acceso al crédito hipotecario ha ido disminuyendo, empujando hacia el arriendo a un número creciente de hogares. En 2025, solo un 17% de las personas podrá acceder a un crédito por su nivel de ingreso, en comparación con el 29% en 2020. Según José Ignacio Risso, gerente comercial de HomeSpotter, esto ha llevado a un aumento en la edad promedio de quienes buscan arrendar, mientras que la compra de vivienda se ha convertido cada vez más en una herramienta de inversión.
Los estándares de otorgamiento de créditos para la vivienda se han mantenido estrictos, de acuerdo al Banco Central de Chile. En la Encuesta de Crédito Bancario del segundo trimestre de 2025, se reporta que la demanda por créditos proviene de individuos con mayor estabilidad financiera, generalmente asociados a un rango de edad más elevado. Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción informa que una familia con ingresos promedio necesita ahorrar más de 11 años para poder comprar una propiedad, un notable incremento desde los 4 años que se requerían en 2003. Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de la planificación financiera de las familias chilenas.
La dificultad de acceso a la vivienda se ve agravada por la situación financiera de muchos jóvenes, quienes tienen un alto nivel de endeudamiento principalmente debido a créditos de consumo y tarjetas. Pese a la alta capacidad de endeudamiento que poseen, estas generaciones tienden a priorizar el consumo inmediato en lugar de optar por proyectos a largo plazo como la compra de vivienda. Expertos indican que el aumento en el costo de la vida es determinante en este contexto, causando que los jóvenes se enfrenten a decisiones complejas respecto a su futuro económico.
Ante esta situación creciente, la demanda por el arriendo sigue en ascenso, haciendo que los costos y los requisitos para arrendar se ajusten hacia arriba. A medida que más hogares quedan fuera del acceso a créditos hipotecarios, los propietarios están aumentando sus exigencias, lo que a su vez presiona a la industria a ofrecer información más ágil y actualizada para satisfacer el mercado. HomeSpotter destaca la necesidad de utilizar herramientas como pre-evaluaciones estandarizadas y informes comerciales para facilitar decisiones más informadas y responsables a la hora de arrendar propiedades, asegurando así un equilibrio entre el acceso a la vivienda y la gestión del riesgo por parte de los arrendadores.
















