El lanzamiento de «Mickey 17», la última obra del aclamado director surcoreano Bong Joon-ho, ha generado una resonancia notable en el panorama cinematográfico contemporáneo. Muchos críticos han caracterizado esta película como una continuación espiritual de su éxito anterior, «Parásitos», que se convirtió en un fenómeno cultural y ganó múltiples premios, incluyendo el Oscar a la Mejor Película. Sin embargo, la crítica de Manuel García de Mesa ha puesto en tela de juicio esta comparación, sugiriendo que la aclamación desmedida hacia la obra de Joon-ho oculta una serie de matices y paradojas que necesitan ser discutidos. Para García de Mesa, el cineasta ha transitado por caminos que, aunque reconocibles, no son siempre satisfactorios desde el punto de vista narrativo y emocional.
La trayectoria de Bong Joon-ho ha sido sin duda impactante, culminando en un momento estelar con la obtención de cuatro premios Óscar en una sola noche, un hito que sólo se había visto en contadas ocasiones. Sin embargo, este hecho ha levantado cuestionamientos sobre el valor real de su filmografía comparado con la oferta cinematográfica del mismo período. García de Mesa destaca que el año 2019 fue testigo de estrenos significativos y memorables, que en su opinión superan los méritos de «Parásitos». Titulares como «El Irlandés» de Martin Scorsese y «Érase una vez en Hollywood» de Quentin Tarantino han fijado un estándar que podría justificar la crítica hacia lo que se percibe como una inusual gran aceptación hacia el filme del director surcoreano.
Aun cuando es innegable que Joon-ho ha logrado abrir puertas en la industria, su trabajo no ha estado exento de críticas. La producción de «Mickey 17» es una muestra clara de su estilo característico, donde la lucha de clases y la ironía son recurrentes. No obstante, García de Mesa argumenta que este enfoque, a menudo desbordado, puede diluir el impacto dramático del contenido, convirtiéndolo en un espectáculo más que en una reflexión profunda sobre la condición humana. El crítico señala que, si bien el uso de la comedia y la sátira es distintivo de Joon-ho, no siempre logra equilibrar estos elementos con una narrativa cohesiva que resuene efectivamente con el espectador.
El director no puede ser tachado de haber realizado un mal cine, pero la percepción del espectador puede quedar limitada ante la saturación de ironía y humor en sus filmes. García de Mesa menciona que el verdadero éxito de las obras de Joon-ho radica en aquellos momentos donde se permite a la gravedad del drama florecer, convirtiéndose en un puente hacia el entretenimiento genuino. En el caso de «Parásitos», la estructura interviene en varios niveles, pero deja al público, según el crítico, en un estado de reflexión más crítico que emotivo, lo cual puede resultar frustrante para quienes esperan una conexión más profunda.
Finalmente, la obra de Bong Joon-ho puede ser vista no solo como un reflejo de la lucha de clases y la hipocresía de la vida contemporánea, sino como una invitación a cuestionar nuestras propias respuestas a tales temas en la sociedad actual. La conexión entre sus películas, desde «The Host» hasta «Memories of Murder», presenta una curiosa intersección donde la humanidad se enfrenta a sus peores demonios. Así, «Mickey 17» podría, tal vez, ser la puerta a una exploración más audaz de estos temas recurrentes, aunque García de Mesa se mantiene escéptico sobre si Joon-ho podrá trascender sus propios límites en esta nueva entrega.