PowerPoint, lanzado oficialmente en 1987, fue desarrollado por Forethought, una pequeña startup que revolucionó las presentaciones empresariales. Antes de su llegada, preparar una presentación era un proceso caro y laborioso que dependía de materiales impresos y equipos de proyección específicos. La idea original, concebida como “Presenter” en 1984 por Robert Gaskins, consistía en un software que facilitara el diseño de diapositivas y el flujo de comunicación visual en las empresas. Gracias al respaldo financiero de Apple, el proyecto fue renombrado como “PowerPoint” y lanzado inicialmente para computadoras Macintosh.
La adquisición de Microsoft y la consolidación de PowerPoint en el mercado
Solo unos meses después de su lanzamiento, Microsoft adquirió Forethought y PowerPoint por 14 millones de dólares, integrando al equipo creador en su estructura y marcando el inicio de una evolución constante. En 1992, la versión 3.0 de PowerPoint dio un salto tecnológico al eliminar la dependencia de transparencias, permitiendo presentaciones digitales que se convertirían en el estándar corporativo y académico. Un año después, la integración de PowerPoint en el paquete Microsoft Office, junto con Word y Excel, consolidó su presencia en el ámbito empresarial, educativo y personal.
Impacto cultural y controversia: el fenómeno “death by PowerPoint”
La facilidad y versatilidad de PowerPoint para crear presentaciones visuales lo convirtió en una herramienta universal. Sin embargo, su uso excesivo y a veces inadecuado generó la conocida expresión «death by PowerPoint», que alude a presentaciones sobrecargadas de texto y efectos visuales que suelen restar claridad y efectividad a la comunicación. Un estudio de Harvard en 2019 evidenció que el abuso de esta herramienta puede afectar nuestras habilidades de comunicación, pues la audiencia tiende a saturarse con demasiada información visual, lo cual complica la comprensión y la retención del contenido presentado.
Además, investigaciones han demostrado que cuando se presenta el mismo texto simultáneamente en formato visual y verbal, el cerebro se sobrecarga, reduciendo la capacidad de absorción de la información. Estos hallazgos llevaron a figuras como Jeff Bezos y Mark Cuban a dejar de usar PowerPoint en sus presentaciones, optando por métodos de comunicación más directos y flexibles que promueven la interacción y la claridad.
Un recordatorio sobre el buen uso de PowerPoint en la comunicación
PowerPoint ha democratizado el diseño de presentaciones, permitiendo que cualquier persona con acceso a una computadora pueda crear contenido visual. Sin embargo, su uso indebido demuestra que más recursos visuales no siempre resultan en una mejor comunicación. La efectividad de una presentación depende en gran medida de cómo se utiliza la herramienta: el exceso de texto, los efectos visuales innecesarios y la falta de síntesis pueden convertir una presentación en una experiencia confusa y poco memorable para el público.
En última instancia, PowerPoint sigue siendo una herramienta poderosa para quienes saben aprovecharla, recordando que la clave está en diseñar presentaciones enfocadas, concisas y visualmente balanceadas.