En Chile, la certificación de competencias laborales avanza a pasos agigantados, incluso en las áreas más remotas del país. La implementación de evaluaciones a distancia, junto con el apoyo de la franquicia tributaria, ha generado un impacto positivo en la validación de las capacidades de trabajadores de diversas industrias, incluyendo la construcción, la minería y el sector portuario. Este sistema innovador ha eliminado las barreras geográficas, permitiendo que personas en localidades aisladas puedan certificar sus habilidades y, así, potencializar su progreso profesional.
Para acceder al proceso de certificación, los postulantes deben inscribirse en centros de evaluación acreditados bajo las normas de Chile Valora, que operan en todo el territorio nacional. Sin embargo, cada centro tiene un enfoque distinto, ya que Chile Valora concede autorizaciones específicas para evaluar ciertos perfiles laborales. Por ejemplo, algunos se especializan en la construcción, otros en minería o en el ámbito vinícola. Esta segmentación, sumada a la posibilidad de realizar evaluaciones remotas, ha sido esencial para facilitar el acceso a la certificación en regiones menos favorecidas.
Carolina García-Huidobro, gerente técnica de MG Certifica, ha compartido su experiencia en la evaluación de trabajadores en condiciones extremas, desde los altos desiertos del norte hasta las costas de la Patagonia. A pesar de la escasa presencia de centros en algunas áreas, la modalidad remota ha potenciado la cobertura de las evaluaciones, permitiendo que candidatos de todas las regiones tengan la oportunidad de certificar sus competencias. Según García-Huidobro, estas evaluaciones pueden ser presenciales cuando hay un número suficiente de candidatos o remotas cuando los costos logísticos son elevados.
Un aspecto crucial para el éxito de este proceso es la franquicia tributaria, que permite a las empresas financiar los costos de certificación a través del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE). Este beneficio es accesible para cualquier empresa que tribute en primera categoría y fomente la participación de sus trabajadores en procesos de capacitación. Con un financiamiento que puede llegar hasta $62.000 por unidad de competencia laboral, las empresas pueden ver un considerable retorno de inversión al certificar a sus empleados.
A pesar de los avances, García-Huidobro reconoce que aún existen desafíos para asegurar que la certificación de competencias laborales sea un proceso accesible en todo el país. Los esfuerzos de Chile Valora por fortalecer su presencia regional son indicativos de la importancia de expandir esta oferta certificadora a todas las áreas, tanto urbanas como rurales. Con la creación de nuevas oficinas en diversas regiones, se busca garantizar la continuidad y calidad de los procesos de evaluación, haciendo que esta herramienta sea un motor de desarrollo laboral en Chile.
















