Recientes desarrollos en la investigación sobre la desaparición de Krishna Aguilera, una madre de 19 años, han revelado hechos preocupantes acerca de su posible conexión con Juan Enrique Beltrán Olivares, un conocido narcotraficante actualmente bajo prisión preventiva. Según informes de Meganoticias, la joven fue vista por última vez el 4 de octubre en San Bernardo, acompañada por Beltrán, cuyo historial criminal lo sitúa en el centro de este oscuro misterio. Las autoridades han intensificado las búsquedas y allanamientos en varias propiedades vinculadas al sospechoso, en un esfuerzo por desentrañar la situación que rodea a la desaparición de Aguilera.
El reportaje de Mucho Gusto ha trazado una línea directa entre Beltrán y una parcela recientemente adquirida en un área aislada de Curicó. Esta compra, realizada días antes de su arresto, ha suscitado interrogantes sobre las intenciones del narcotraficante y su posible conexión con el caso. La Policía de Investigaciones ha llevado a cabo una serie de operativos en al menos cuatro inmuebles en San Bernardo, y aunque su búsqueda en el canal de regadío Espejino no ha arrojado resultados claros, el hallazgo de otras propiedades asociadas a Beltrán ha ampliado la investigación.
En particular, dos terrenos vinculados al denominado «Guatón» Beltrán han captado la atención de los investigadores: uno ubicado en Calera de Tango, donde fue visto poco antes de su detención, y otro en Curicó. Este último terreno, situado a unos 30 minutos de la ciudad, ha sido descrito como un lugar remoto, sin señal de celular ni acceso a Internet, lo que plantea más interrogantes sobre su uso y posibles actividades clandestinas. Residentes de la zona han compartido haber visto a Beltrán en el lugar, y sus testimonios son cruciales para entender el contexto de la desaparición de Krishna.
Los detalles sobre las motivaciones de Beltrán en la compra de la parcela son aún más alarmantes. Según testigos, el narcotraficante mostró un interés particular por la fosa de agua del terreno, sugiriendo que tenía un propósito específico en mente. La compra se realizó de manera curiosa, ya que la propiedad no fue adquirida a su nombre, sino a nombre de una mujer que, hasta el momento, no ha sido identificada por las autoridades ni vista en la zona. Esta situación ha generado especulaciones sobre la naturaleza de los vínculos de Beltrán y su posible conexión con la desaparición.
Finalmente, la llegada del equipo de Mucho Gusto a la propiedad ha revelado que, al igual que otros inmuebles allanados, el lugar no parece estar habitado. A pesar de que se han visto trabajadores realizando mejoras como la instalación de rejas, la ausencia de evidencia concreta y la negativa del vendedor a comentar sobre la transacción han dificultado las pesquisas. A medida que avanza la investigación, los familiares de Krishna Aguilera y el público permanecen a la espera de respuestas, mientras la policía sigue rastreando todos los posibles indicios que podrían llevar al esclarecimiento de este caso que ha conmocionado a la comunidad.
















