Recientemente, el programa de farándula Primer Plano reveló una sorprendente deuda relacionada con Francisco Kaminski, que tendría como afectado nada menos que al conocido conductor Julio César Rodríguez. Durante una interacción lúdica en el show, Francisca Merino planteó la pregunta de si Kaminski le debía dinero a algún miembro del panel, lo cual llevó a Julio César a admitir que, aunque ya estaba saldada, efectivamente hubo una deuda con él. El animador explicó que esta cuestión se originó de la obligación de Kaminski de pagar por el uso del espacio de estudio que, de acuerdo con el acuerdo, cada programa debía costear para acceder a los servicios de producción del canal.
La situación de la deuda fue profundizada en otro programa de análisis, Que te lo digo, donde se reveló que la suma total adeudada por Kaminski y su socio, Jorge Gómez, ascendía a impresionantes 40 millones de pesos. Este importe corresponde a los costos mensuales que debían pagar por el uso del set de televisión y los servicios de producción que prestaba la productora de Julio. Según se explicó, el problema comenzó cuando los socios enfrentaron problemas de liquidez, lo que generó un arrastre de deudas que culminó en un monto que escaló con el tiempo.
El periodista Sergio Rojas relató cómo Kaminski y Gómez comenzaron a postergar los pagos a Julio César. Inicialmente acordaron abonar una cifra menor cuando no lograban reunir el monto completo, lo que desencadenó una serie de pagos parciales que eventualmente llevaron a una acumulación de deuda de 40 millones de pesos. Esta situación se complicó aún más cuando el socio se trasladó al extranjero, dejando a Kaminski con la responsabilidad de los cheques que rebotaban por la falta de fondos, complicando aun más su situación financiera.
En medio de esta compleja trama financiera, se dio a conocer que, a pesar de los problemas, la relación entre Julio y Jorge Gómez se mantenía. De acuerdo con Rojas, el animador habría considerado realizar una suerte de condonación de la deuda, no hacia Kaminski directamente, sino hacia su amigo Gómez, lo que podría significar una resolución amistosa al tema. Esta interacción muestra no solo la relación profesional entre los implicados, sino también los lazos personales que complican la situación.
La revelación de esta deuda ha generado un gran revuelo en el mundo del espectáculo chileno, dejando a muchos preguntándose sobre las implicaciones de estas dinámicas de negocios en el entretenimiento. El manejo de la deuda y la forma en que Julio César ha tratado de despegarse de la situación con una condonación ejemplifican las complicaciones que pueden surgir cuando los amigos se convierten en socios en un entorno tan competitivo como el de la televisión.
















