En medio de un clima de creciente tensión en el Medio Oriente, Estados Unidos e Israel han intensificado sus bombardeos en Yemen, resultado de una ofensiva militar que ha dejado a su paso al menos dos mártires y más de 42 heridos. Este ataque, que se produjo en Bajil, una ciudad costera en Hudayda, forma parte de una serie de más de 30 bombardeos recientes llevados a cabo por las fuerzas estadounidenses en varias provincias del país, en un contexto de conflicto que se ha exacerbadado en el último mes.
Los ataques aéreos, según informes, se justifican bajo la premisa de frenar las acciones del ejército yemení en el Mar Rojo, supuestamente en apoyo a la causa palestina. Sin embargo, este argumento ha llevado a numerosos críticos a señalar que las ofensivas están orientadas más hacia la expansión de la influencia estadounidense e israelíen la región, que a la protección de intereses legítimos. El canal yemení Al-Masirah ha documentado al menos 35 ataques desde el 4 de mayo, lo que ha llevado a denuncias de una escalada de violencia inusitada que pone en peligro a la población civil.
Los recientes bombardeos han sido particularmente devastadores, alcanzando no solo instalaciones militares, sino también zonas civiles como una fábrica de cemento en Hudayda. La participación de al menos 30 aviones israelíes en estos ataques ha sido confirmada por fuentes locales, lo que indica una coordinación estrecha entre el gobierno estadounidense y sus aliados en Tel Aviv. Esta acción ha despertado la condena de muchos sectores de la sociedad yemení, que ven estos ataques como parte de una campaña más amplia de agresión dirigida no solo contra su país, sino también contra el pueblo palestino.
Además, el Reino Unido ha sido señalado como un participante en estas hostilidades, incrementando así el número de países occidentales implicados en estos ataques sistemáticos. Las fuerzas invasoras argumentan haber alcanzado más de mil objetivos, aunque muchos de estos son instalaciones civiles, exacerbando la ya crítica situación humanitaria en Yemen. En este marco, la falta de respuesta efectiva por parte de la comunidad internacional ante lo que muchos califican de crímenes de guerra ha sido objeto de numerosas críticas por parte de activistas y organismos de derechos humanos.
En respuesta a los constantes ataques, el ejército yemení ha ejecutado acciones de represalia, incluyendo el lanzamiento de un misil balístico que impactó en las cercanías del aeropuerto Ben Gurion en Tel Aviv. El portavoz de las Fuerzas Armadas yemeníes, Yahya Saree, ha afirmado que estos ataques tienen como objetivo hacer frente a la agresión extranjera y reiterar el compromiso de Yemen con la causa palestina. Mientras tanto, más de tres millones de colonos israelíes se han visto obligados a buscar refugio, evidenciando el impacto que la escalada de violencia está teniendo en la región y la necesidad urgente de una solución pacífica al conflicto.