El festival SXSW 2025 ha sido un evento marcado por una alineación de películas que dejan vislumbrar futuros clásicos de culto, y esto es especialmente evidente en el género del cine de terror. Durante los nueve días de proyecciones en Austin, Texas, una de las cintas que ha capturado la atención del público es «Clown in a cornfield», dirigida por Eli Craig. Esta adaptación de la popular novela de Adam Cesare se sumerge en un ambiente inquietante donde un payaso en un maizal se convierte en el símbolo de un pasado oscuro en una comunidad en decaimiento. La premisa, aunque familiar para los aficionados al slasher, promete giros que la diferenciarán en un género saturado y fue muy aclamada durante su presentación en el festival.
Otra película destacada que atrajo los reflectores fue «Drop», de Christopher Landon, conocido por sus exitosas incursiones en el terror psicológico. En esta obra, la historia sigue a una mujer que, después de haber perdido a su marido, experimenta la dificultad de volver a abrir su corazón. Con la llegada del enigmático Henry, su vida da un giro, pero la felicidad que parece surgir se ve amenazada por un sinfín de mensajes anónimos que la sumergen en un espiral de angustia y paranoia. Esta cinta es un claro testamento del talento de Landon para entrelazar lo cotidiano con lo siniestro, algo que resonó con el público durante el festival.
No se puede pasar por alto el aclamado debut de Flying Lotus con la película «Ash», que ha recibido elogios tanto por su dirección como por su inquietante atmósfera de ciencia ficción. Con un elenco que incluye a Eiza González y Aaron Paul, la trama sigue a una mujer que despierta en un planeta desolado, enfrentándose no solo a la soledad, sino al horror de descubrir que su equipo ha sido asesinado. Esta obra, que fusiona elementos de terror y ciencia ficción, ha sorprendido a los espectadores, sentando las bases para que se convierta en un referente al explorar los límites del miedo en el espacio.
«Death of a Unicorn», dirigida por Alex Scharfman y protagonizada por Jenna Ortega y Paul Rudd, también se robó los corazones de los asistentes. Esta comedia negra teñida de terror toco un punto sensible al relatar la tragedia y absurdidad de un accidente que involucra a un unicornio. La originalidad de la trama y el carisma de sus protagonistas se tradujeron en momentos de risa y reflexión que resonaron con el público, sugiriendo que esta mezcla de géneros podría darle a la película su merecido estatus de culto en el futuro, convirtiéndola en uno de los títulos más comentados del festival.
Por último, el festival no habría estado completo sin menciones a «Good Boy» y «Holland», que también lograron captar la atención de la audiencia. «Good Boy», dirigido por Ben Leonberg, ofrece una perspectiva innovadora sobre las historias de casas encantadas desde los ojos de un perro, lo que resultó en una experiencia tanto divertida como aterradora. Mientras tanto, el thriller psicológico «Holland», protagonizado por Nicole Kidman, explora la inseguridad en las relaciones a través de una narrativa que cuestiona hasta dónde llegaríamos por amor y venganza. Ambas películas son ejemplos perfectos de cómo SXSW continúa siendo una plataforma sólida para el cine de calidad, presentando obras que prometen perdurar en la memoria colectiva.