La emblemática empresa De Beers, fundada en 1888, se enfrenta a una crisis sin precedentes que ha puesto en jaque su imperio de 80.000 millones de euros. La compañía, reconocida por establecer el mercado moderno de los diamantes, está sufriendo una caída drástica en sus ventas, impulsada por la disminución de la demanda de piedras preciosas en China y el crecimiento acelerado de las gemas cultivadas en laboratorio. Este descalabro no solo afecta a De Beers, sino que también tiene repercusiones en toda la industria, complicando los planes de venta de su propietario, Anglo American, que busca desesperadamente deshacerse de su participación en el negocio de los diamantes.
Durante años, De Beers organizó cumbres exclusivas donde se negociaban cientos de millones de dólares en diamantes en bruto. Sin embargo, estos eventos han dejado de ser el símbolo del poder que una vez fueron. La relación entre De Beers y sus clientes, conocidos como Principles, se ha deteriorado, con muchos de ellos optando por no asistir a las reuniones debido a la frustración acumulada por la falta de liderazgo de la compañía en un mercado en crisis. La caída prolongada en el mercado de diamantes ha revelado las limitaciones de un monopolio que, aunque todavía controla un tercio del suministro mundial, ya no puede sostener los precios ni satisfacer las demandas de sus compradores.
La situación se ha vuelto aún más complicada para De Beers desde que su propietario, Anglo American, anunció una reestructuración para centrarse en otros minerales como el cobre y el hierro. Los intentos de la compañía por mantener precios altos en un mercado en declive han llevado a una resistencia por parte de sus clientes, quienes se niegan a comprar diamantes a precios inflados. En un giro irónico, la empresa terminó cediendo a la presión del mercado, recortando precios en diciembre de 2024, aunque muchos consideraron que los ajustes eran insuficientes y tardíos. Esta falta de dirección ha dejado a De Beers en una posición precaria, mientras sus competidores siguen ganando terreno.
El impacto de la crisis se extiende a nivel global, con una caída del 50% en la demanda de diamantes en China y un aumento de las devoluciones de gemas sin vender. Los minoristas chinos están regresando miles de millones de dólares en diamantes al mercado indio, mientras que en India cierran fábricas debido a la disminución de la producción y la demanda. En respuesta a esta situación, los analistas advierten que el mercado necesita una recalibración urgente, y la industria se enfrenta a un futuro incierto mientras las gemas cultivadas en laboratorio continúan ganando popularidad entre los consumidores.
La historia de De Beers como líder en la industria de diamantes parece estar llegando a su fin. Aunque algunos miembros del sector mantienen la esperanza de una recuperación, el auge de los diamantes sintéticos y el cambio en las preferencias de los consumidores presentan desafíos insuperables. La percepción de que un lujo debe tener un precio elevado se ve amenazada por la disponibilidad de alternativas más accesibles. A medida que De Beers lucha por redefinir su modelo de negocio en un entorno cambiante, el futuro de la compañía y de la industria de los diamantes en general pende de un hilo, mientras los inversores esperan pacientemente que la crisis genere oportunidades de compra a precios de liquidación.