El naufragio de la lancha a motor Bruma, que tuvo lugar a finales de marzo tras una trágica colisión con el barco Cobra, dejó a las familias de los siete pescadores en un estado de ansiedad y desasosiego. El último jueves, las familias pudieron, finalmente, ver las imágenes submarinas obtenidas por los robots que participaron en la búsqueda de los desaparecidos. Estas imágenes han revelado la devastación total de la embarcación, informaron los medios de comunicación. La diputada Claudia Urrutia, presidenta de la Asociación Gremial de Baladeros del Maule, expresó que la posibilidad de ver el estado del pesquero ha brindado a las familias respuestas a una de las preguntas más inquietantes que llevaban consigo desde la tragedia.
Urrutia relató que durante el tiempo transcurrido desde el naufragio, los familiares de los pescadores vivieron momentos de intensa incertidumbre, preguntándose constantemente por lo que pudo haber ocurrido y si sus seres queridos habían sufrido en sus últimos instantes. «La angustia y el no saber han sido terribles para todas las familias», comentó. Con la visualización de las imágenes destruidas del Bruma, varios miembros de las familias ahora pueden encontrar un poco de paz, ya que se confirma que no hubo tiempo para una reacción que pudiera evitar el desenlace fatal.
Los detalles técnicos del accidente también fueron aclarados por Urrutia, quien aseguró que las circunstancias del siniestro indicaban que no había forma de que los pescadores pudieran haber reaccionado a tiempo. Hizo hincapié en que el impacto fue tan abrupto y violento que simplemente no hubo segundos suficientes para que los tripulantes respondieran o se prepararan para la colisión. «Lo más importante que quiero transmitir a las familias es que no sufrieron», afirmó Urrutia, aliviada porque esta información puede aliviar algo del dolor que sienten.
Las imágenes submarinas se han entregado a la Fiscalía Marítima y al Ministerio Público, lo que marca un avance en la investigación sobre las circunstancias que llevaron a esta tragedia en alta mar. Se espera que estas evidencias contribuyan a esclarecer todos los aspectos del siniestro y arrojar luz sobre posibles responsabilidades. El nuevo material, que revela la magnitud de la destrucción del Bruma, será crucial para entender cómo ocurrieron los hechos y prevenir futuros incidentes similares.
A medida que la investigación avanza, la comunidad pesquera del Maule se mantiene unida en su duelo. La tragedia ha dejado una profunda huella no solo en las familias de los afectados, sino también en toda la comunidad que depende de la pesca. Las historias de los siete pescadores perdidos resuenan en cada rincón, y el deseo de justicia y memoria se convierte en un propósito colectivo. Este caso ha resaltado la necesidad de mayor seguridad en las actividades marítimas, para que lo ocurrido con la Bruma no se repita nunca más.
















