La reputación online es el reflejo del prestigio de una persona o marca en Internet. El concepto conversación aquí toma una importancia clave, debido a que con los entornos digitales las personas conversan y aportan sus opiniones.
En la web resulta muy fácil y barato expandir información y opiniones a través de plataformas como foros, blogs o redes sociales. Por tanto, la reputación digital está estrechamente vinculada con la reputación de marca puesto que la reputación se genera desde los climas de opinión en línea, de los consumidores en su despliegue social, tanto en el contexto online como offline.
Es muy importante averiguar cómo está la reputación de una marca determinada en las redes; buscando comentarios sobre la marca y aprendiendo de ellos. Se pueden encontrar oportunidades de mejora sorprendentes. También, hay que interactuar con los clientes, habilitando espacios de consulta para ellos. Puede ser por teléfono o redes sociales.
No tener que llegar a hacer una limpieza de imagen, es algo que toda empresa quiere, ya que arreglar los errores del pasado nunca es fácil cuando una compañía está en el suelo debido a fallas que no fueron solucionadas con anterioridad.
Resulta clave mantenerse vigente en la mente de los clientes. Resaltando información clave, explicando por qué alguien debería comprar un determinado producto, aprovechando estos espacios para aclarar inconvenientes recurrentes o malentendidos. En el mundo de los negocios existen muchas empresas buenas, pero, finalmente, las exitosas son aquellas que han sido bien valoradas por los usuarios o el público.
En la actualidad, se estima que el 78 % de las empresas contratantes utiliza la web para monitorear los antecedentes de los candidatos, cuyos resultados pueden ser determinantes en el ámbito laboral.
Lo indispensable es que se supervise cualquier actividad relacionada con el nombre, lo que se puede lograr con facilidad si se establecen notificaciones de noticias y artículos que incluyan el nombre. Páginas personales en sitios como Facebook y Twitter son, frecuentemente, las primeras respuestas de los buscadores. En cambio, LinkedIn la que envía el mensaje más positivo, por ser una red considerada altamente profesional. Además, siempre será bueno que nuestro nombre esté asociado a organizaciones benéficas o sin fines de lucro.
Si hacemos una estrategia para salir de Google, no podemos dejar de eliminar aspectos que puedan perjudicarnos al momento de postular a un trabajo. Publicaciones polémicas en redes sociales, fotos donde exista un contexto que pueda ser inadecuado para las personas que podrían contratarnos, entre otros. La clave es ser muy conscientes con respecto a nuestro futuro laboral y no dejar por ningún motivo que existan razones de peso en nuestra actividad online, que puedan provocar una opinión negativa con respecto a nuestra persona.
Borrar los datos de Internet siempre puede servirnos para mantener una imagen positiva de cara a un nuevo desafío profesional, pero lo primordial es saber separar bien las cosas y no mezclar el trabajo con la vida personal.
Debemos proteger nuestra reputación online, sin olvidar el daño que puede hacer a nuestro negocio cuando suplantan la identidad de nuestra empresa y actúan en nuestro nombre. Debemos también estar informados para evitar posibles ataques a nuestra imagen, y recordar que todo lo que publiquemos en Internet escapa de nuestro control.
Se han dado casos de empresas que han respondido de forma inadecuada a quejas en redes sociales y han provocado una respuesta masiva de usuarios en su contra. Si conocemos el efecto que las publicaciones en Internet, podremos utilizarlo en nuestro beneficio.
Finalmente, es muy importante aplicar todas las medidas técnicas de seguridad necesarias para proteger nuestra reputación online como el activo importante de nuestro negocio. Por ejemplo, una adecuada política de contraseñas para nuestras redes sociales o el uso de redes confiables siempre que queramos publicar contenidos.