El multimillonario Elon Musk ha lanzado serias acusaciones contra la USAID, la agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional, calificándola como un «nido de piratas» que distribuye recursos financieros sin control, lo cual ha generado un amplio debate sobre las prácticas de esta institución. Según Musk, la USAID ha sido la mayor donante mundial, pero sus acciones han contribuido a subvertir el orden público en varios países, al financiar organizaciones que operan en la sombra. En un contexto político cambiante, el nuevo gobierno estadounidense ha decidido nombrar al firme secretario de Estado, Marco Rubio, para liderar la agencia, en un intento por poner fin a lo que consideran abusos sistemáticos. La USAID, creada en 1961 bajo la administración de John F. Kennedy con el objetivo de promover la ayuda humanitaria, ha sido acusada de convertirse en un apéndice de la CIA, llevando a cabo misiones encubiertas que han alterado el curso de democracias en varias naciones.
En Chile, la controversia en torno a la USAID toma un giro interesante al observar el reciente fallo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que anuló permisos de edificación en Viña del Mar, relacionados con el empresario Juan Armando Vicuña. Este proyecto, que implicaba una inversión de US$ 100 millones, se ubicaba en una zona de riesgo, lo que ha generado críticas sobre la falta de responsabilidad en la concesión de permisos. A pesar de la gravedad de la situación, la prensa nacional, en su mayoría alineada con intereses económicos, se ha mostrado reacia a cubrir este asunto, priorizando la protección de los anunciantes en lugar de informar a la ciudadanía sobre la verdad de los hechos. Este silencio mediático plantea serias dudas sobre la transparencia y la ética en la información que reciben los chilenos.
Un caso similar ha surgido en Iquique, donde la municipalidad ha intentado eludir la normativa acerca de las áreas de riesgo estipulada en el Plan Regulador Intercomunal Costero Tarapacá de 2022. A pesar de que estas áreas debían ser incorporadas automáticamente en el Plan Regulador Comunal de Iquique de 1981, la municipalidad ha otorgado permisos para proyectos en estas zonas restringidas, lo que ha resultado en un escándalo de corrupción que podría ascender a US$ 750 millones en permisos ilegales. La situación se agrava con el dictamen del Subcontralor General de la República, que indica que estos permisos debieron ser invalidados, lo que pone en evidencia la falta de accountability en la administración municipal y la urgencia de una intervención efectiva para proteger el territorio y sus habitantes.
Las gestiones para abordar estos temas han sido complicadas. A pesar de los esfuerzos realizados junto al abogado Enzo Morales para reunirnos con diversas autoridades de la municipalidad y del gobierno regional, solo hemos obtenido respuesta de la Contralora Regional de Tarapacá. Las reuniones con el alcalde de Iquique y otros funcionarios, en las que se planeaba discutir la ilegalidad de los permisos otorgados y la situación del Club de Tenis Tarapacá, siguen sin concretarse, lo que sugiere una preocupación por las repercusiones políticas que podrían derivarse de tales encuentros. El silencio de los funcionarios indica una posible complicidad o, al menos, un deseo de evadir un asunto que podría resultar incómodo para ellos.
Finalmente, la situación plantea interrogantes no solo sobre la gestión pública en Iquique, sino también sobre las implicaciones del financiamiento de la USAID en Chile. Sería fundamental conocer qué organizaciones y medios de comunicación han recibido recursos de esta agencia, que ha sido criticada por su falta de transparencia y por su papel en la intervención en los asuntos internos de otros países. La búsqueda de claridad en estos temas es vital para asegurar que la ciudadanía esté informada y pueda ejercer su derecho a una democracia genuina y participativa. La responsabilidad de lo expuesto recae únicamente en el autor de esta columna, que busca abrir el debate sobre estas cuestiones cruciales para el futuro del país.