Un reciente estudio divulgado por autoridades de seguridad en México ha revelado que siete entidades concentran el 53.3% del total de homicidios dolosos registrados a nivel nacional. Este preocupante dato surge del análisis realizado por el Centro Nacional de Información (CNI) como parte de un exhaustivo reporte estadístico que examina la evolución de los delitos en el país desde 2018 hasta febrero de 2025. El informe, publicado en marzo, ofrece una perspectiva crítica sobre la criminalidad y sugiere la necesidad urgente de abordar los territorios más afectados por esta problemática.
El documento se fundamenta en los registros proporcionados por las diversas fiscalías y procuradurías de las 32 entidades federativas. Gracias a esta recopilación de datos, se ha podido pintar un panorama general sobre la incidencia delictiva a nivel nacional, al tiempo que se destaca el impacto desproporcionado que ciertos estados tienen en las cifras de homicidios dolosos. Entre ellos, Guanajuato, Baja California y el Estado de México son los que han mostrado tasas más altas, representando así un foco de atención para las políticas de seguridad pública.
Las estadísticas reveladas indican que Guanajuato se encuentra en primera posición al registrar un preocupante 16.8% de los homicidios dolosos a nivel nacional, lo que se traduce en 352 asesinatos solo en febrero. Baja California y el Estado de México le siguen con 153 y 142 casos respectivamente. Este triste panorama no solo destaca la magnitud del problema en estos estados, sino que también subraya la necesidad de implementar medidas de seguridad más efectivas y resolutivas que puedan mitigar la ola de violencia que afecta a estas regiones.
El informe también permite realizar un análisis comparativo entre los primeros meses de 2025 y el año anterior, revelando una leve reducción del 1.42% en la delincuencia general entre enero y febrero. Sin embargo, al observar febrero de 2024, el descenso es considerablemente más significativo, alcanzando un 7.4% menos en la incidencia de homicidios. Estas cifras sugieren un cambio en las dinámicas delictivas que, aunque positivo, debe ser monitoreado con atención ante la persistente violencia en las entidades con mayores porcentajes de homicidios.
Por otro lado, el estudio hace una clara distinción entre los homicidios dolosos y los feminicidios, analizando cada uno por separado para ofrecer una visión más precisa de la situación delictiva. En general, el análisis temporal que incluye diversos comparativos y la línea de tiempo que traza la actividad delictiva desde 2018 permite identificar patrones que resultan cruciales para la elaboración de estrategias de seguridad. A través de esta información, se espera que las autoridades locales y federales puedan diseñar políticas públicas más efectivas y focalizadas, dirigiendo su atención a las regiones más afectadas por la violencia.