La situación de los manglares en México es alarmante. Según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), más de 150 mil hectáreas de estas áreas vitales han sido perdidas, lo que representa aproximadamente el 15% del total del país. Alicia Bárcena Ibarra, titular de la dependencia, subrayó la importancia de estos ecosistemas, ya que México ocupa el tercer lugar a nivel mundial en extensión de manglares. La progresiva desaparición de estos ecosistemas no solo afecta a la diversidad biológica, sino que también pone en riesgo las actividades económicas y la estabilidad ecológica de las regiones costeras.
En Yucatán, uno de los estados más afectados, la devastación de los manglares ha alcanzado proporciones preocupantes. Recientes informes de Bárcena revelan que se han talado 23 mil metros cuadrados de manglares en terrenos federales en la costa yucateca. La funcionaria hizo hincapié en que la destrucción de estos ecosistemas es un delito federal y que la Fiscalía General de la República está colaborando para detener este ilícito. Esto resalta la urgencia de implementar medidas efectivas que frenen la tala indiscriminada y la explotación de recursos en estas áreas.
Los habitantes de Sisal, una comunidad costera en Hunucmá, han sido testigos directos de esta crisis ambiental. Los residentes han denunciado la llegada de maquinaria pesada y la intervención de personas no nativas en la tala de manglares, un hecho que afecta no solo la fauna y flora local, sino también su modo de vida. „Metieron máquinas, motosierras, de todo. Detenerlos ha sido difícil, pero estamos actuando”, declaró Bárcena Ibarra, dando cuenta de la coordinación entre autoridades y comunidades locales para enfrentar esta problemática.
Este fenómeno de destrucción de manglares no es nuevo. La Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán ha identificado que este patrón comenzó en 2016, durante la administración de Rolando Zapata Bello, y continuó bajo el mandato de Mauricio Vila Dosal. Los habitantes de la región estiman que en lo que va del año se han perdido aún más de 100 metros cuadrados de manglares, lo que pone de relieve la urgencia de una intervención estatal que garantice la protección y restauración de estos ecosistemas.
Ante esta crisis, el gobierno de Yucatán, en conjunto con Semarnat, ha puesto en marcha un ambicioso programa de reforestación. En el puerto de Chuburná se sembrarán más de 100 mil ejemplares de especies de mangle, una acción que no solo busca mitigar los efectos de fenómenos naturales, sino también preservar la biodiversidad y sustentar la pesca local. «Las playas son de la gente, no deben privatizarse», afirmó Bárcena, reflejando el compromiso del gobierno para recuperar espacios públicos y fomentar prácticas sostenibles que protejan los recursos naturales de la región.