El ex presidente Pedro Castillo fue hospitalizado en Lima debido a su estado de salud deteriorado tras iniciar una huelga de hambre en protesta por su juicio por rebelión. Según un comunicado de la Corte Suprema de Perú, Castillo, de 55 años, fue trasladado a un centro médico luego de una evaluación que reveló un estado crítico, incluido riesgo de problemas hidroelectrolíticos y deshidratación leve. La noticia ha generado una gran preocupación en el país, ya que el exmandatario lleva en prisión preventiva desde diciembre de 2022 tras su controvertido intento de disolver el Congreso.
La decisión de las autoridades de trasladar a Castillo a un hospital se SCTó tras una evaluación médica que indicaba que el ex presidente podría padecer un síndrome conversivo, que se relaciona con el estrés y la presión emocional. En su celda, el exmandatario había permanecido conectado a suero, y la falta de alimentos y agua ha comenzado a hacer efecto en su salud. La huelga de hambre, que comenzó el lunes, se ha interpretado como una medida extrema para protestar contra un juicio que Castillo considera injusto y que ha calificado como una simulación.
Desde su destitución, Castillo ha enfrentado severos cargos de rebelión, con la Fiscalía pidiendo una condena de 34 años de prisión. Durante el proceso judicial, ha desafiado la imparcialidad de la jueza que lleva su caso, cuestionando su compromiso y exhibiendo su rechazo a los abogados de oficio. Este nuevo enfrentamiento entre Castillo y el sistema judicial ha demostrado ser un punto crítico para el ex presidente, quien ha buscado la solidaridad de organismos internacionales para frenar lo que considera represalias en su contra.
En respuesta a la huelga de hambre, las autoridades penitenciarias actuaron con mano dura, imponiendo sanciones como el aislamiento del ex presidente y la suspensión de visitas, medidas que han aumentado la tensión entre Castillo y el sistema carcelario. Como reacción, el exmandatario ha hecho un llamado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitando la intervención ante estas supuestas violaciones a sus derechos. La situación actual de Castillo no solo pone en riesgo su salud, sino que también centellea un debate sobre los derechos humanos en el Perú.
La crisis política en Perú, que se ha intensificado desde la destitución de Castillo, ha dejado a la nación en un estado de inestabilidad. Las protestas en los Andes, las cuales han resultado en más de 50 muertes, reflejan un creciente descontento social hacia el Gobierno de Dina Boluarte, quien ha sido criticada por su enfoque represivo ante las demandas populares. El caso de Pedro Castillo, lleno de controversias y tensiones, se ha convertido en un símbolo del profundo desencuentro entre el pueblo peruano y las élites políticas, un fenómeno que podría tener repercusiones duraderas en el futuro político del país.