Paola Basaure, ejecutiva clave en el área de sostenibilidad de Transelec, aborda las iniciativas que la empresa está implementando para mitigar el impacto que la minería tiene en el consumo de recursos.
¿Cuáles son los próximos desafíos que enfrenta la minería del siglo XXI? Líderes y actores relevantes de la sociedad se plantean esta interrogante buscando avanzar en medidas que no sólo mitiguen el impacto de la industria, sino que también contribuyan a crear mejores políticas de la mano de las comunidades.
Una de las principales problemáticas asociadas al calentamiento global en Chile y el mundo, es la escasez hídrica. Esta ha impactado severamente a gran parte del país, especialmente las zonas norte y centro
Es por eso que, empresas como Transelec ya se encuentran innovando y llevando adelante proyectos para sortear la transición energética e impulsar cambios que no afecten directamente a las comunidades ni los territorios.
Bajo esa perspectiva, Paola Basaure, Vicepresidenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Transelec, responde a los crecientes desafíos: «Actualmente, nuestro trabajo se enfoca en ser un aporte al país desde la incidencia en políticas públicas que no sólo respondan a las necesidades actuales del rubro, sino que también anticipen estos desafíos futuros”, detalla.
¿En qué consiste la infraestructura de agua para minería?
De acuerdo con estadísticas oficiales, actualmente más del 50% de las comunas chilenas enfrentan escasez hídrica. Además, la evidencia científica señala que la escasez de agua ha sido un obstáculo importante para el desarrollo económico de las zonas semiáridas de Chile en los últimos diez años.
En vista de aquellos preocupantes indicadores, la demanda de agua ha elevado la urgencia de desarrollar procesos de optimización del recurso, especialmente en proyectos industriales. Sin ir más lejos, la minería representa actualmente cerca del 80% de la capacidad de desalinización del país.
“Acuerdos como la Política Nacional Minera 2050 han definido como prioridad las iniciativas de economía circular y aprovechamiento de agua, reutilización de residuos y uso eficiente. Por ejemplo, una de las metas es no exceder el 5% del uso de agua continental en total para los procesos”, señala Paola Basaure.
Según señala la experta, existen diversas técnicas y principios para desalar el agua de mar. Actualmente, se emplean cinco métodos principales en el país:
- Destilación: Este método implica calentar el agua de mar y luego condensar el vapor para obtener agua dulce.
- Congelación: Consiste en enfriar el agua salada para separar los cristales de sal de las moléculas de agua.
- Evaporación relámpago: Se rocía agua de mar en un recipiente a baja presión y se aplica calor, provocando la rápida evaporación del agua.
- Electrodiálisis: Utiliza múltiples membranas con polos eléctricos que atrapan los iones de sal mientras el agua de mar fluye a través, similar al proceso de diálisis en medicina.
- Ósmosis inversa: Emplea membranas especiales y presión para separar la sal del agua, resultando en agua dulce.
Consecuentemente, la construcción y operación de plantas desalinizadoras se ha convertido en una estrategia clave. Según registros de Cochilco, hay actualmente 13 plantas desalinizadoras mineras en funcionamiento, de un total de 23.
Además, existen 15 proyectos desalinizadores en diversas fases de desarrollo, lo que podría incrementar el uso de agua desalinizada en la minería de cobre al 71% para el año 2033.
Paola Basaure y el aporte de Transelec a la minería
Como líder del área de sostenibilidad de Transelec, Paola Basaure ha desarrollado un trabajo sostenido en materia de innovación y participación para recoger las necesidades e inquietudes de las comunidades ante la penetración de la minería.
Los objetivos de la compañía son claros: expandir sus operaciones para contribuir en la mitigación de la crisis hídrica e impulsar innovaciones en torno a la eficiencia energética. En el contexto de estas metas, Paola Basaure explica cómo se han delineado planes específicos para fomentar el crecimiento y la implementación de diversos proyectos de desalinización destinados a proveer a la industria minera.
Estos proyectos no solo responden a las necesidades inmediatas del sector, sino que también posicionan a Transelec como un líder en soluciones sostenibles, «Nos estamos convirtiendo en un actor importante en el negocio de llevar agua de mar a las operaciones mineras, un logro que refleja nuestro compromiso con la sostenibilidad y nuestra respuesta proactiva a la crisis hídrica», señala Basaure.
Esta iniciativa es parte de un enfoque más amplio que busca transformar las prácticas industriales tradicionales, reduciendo la dependencia de fuentes de agua dulce y minimizando el impacto ambiental en las regiones afectadas por la escasez hídrica.
Conscientes de este desafío, Transelec, bajo la dirección del área a cargo de Paola Basaure, ha sido una de las primeras empresas pionera en el desarrollo de proyectos de desalinización, aprovechando su larga experiencia en el rubro de la transmisión de energía eléctrica.
Uno de esos casos es la primera planta de Codelco. La nueva infraestructura desalinizadora se sitúa a 14 kilómetros al sur de Tocopilla y extiende su alcance a través de las comunas de Tocopilla, María Elena y Calama.
Esta planta abastecerá de agua a las operaciones mineras del Distrito Norte en Calama, incluyendo Chuquicamata, Radomiro Tomic y Ministro Hales. La planta, que utiliza la tecnología de ósmosis inversa, tiene una capacidad inicial de 840 litros por segundo (l/s), con la posibilidad de expandirse hasta 1.956 l/s.
La infraestructura de la planta comprende instalaciones marítimas y un ducto subterráneo de más de 160 kilómetros que llevará el agua hacia la cordillera. El proceso inicia con la captación de agua de mar a 700 metros de la costa.
Tras la desalinización, la salmuera resultante se devuelve al mar a 500 metros de la costa, minimizando así el impacto ambiental en el ecosistema marino. Además, esta planta permitirá a Codelco reducir el uso de agua continental en un 27%, en una región afectada por la escasez hídrica.
Con foco en el desarrollo local, se espera que la planta entre en operación el primer trimestre de 2026, empleando alrededor de 2.700 personas en su punto máximo de actividad y privilegiará la contratación de proveedores y mano de obra de la región para su puesta en marcha. La vida útil del proyecto es de casi 30 años.
Beneficios de la desalinización en la minería
Explorar y aplicar estos métodos en la industria, además de proporcionar agua para las operaciones, contribuyen positivamente a combatir el cambio climático y la escasez hídrica.
Para Paola Basaure, existen dos grandes motivaciones en las que Transelec se involucra directamente para fomentar este desarrollo. En primer lugar, estos proyectos limitan las emisiones de gases gracias a sus procesos limpios y por otro lado, al requerir grandes flujos de energía, lo primordial es preferir la transmisión desde fuentes renovables.
En líneas generales, los beneficios de la desalinización son:
- Eficiencia en el uso del agua: La desalinización ofrece una fuente continua y confiable de agua, reduciendo la dependencia de fuentes de agua dulce fluctuantes. Esto es especialmente crítico en regiones áridas donde la minería es prominente. Al garantizar un suministro constante, se mejora la planificación y la seguridad operacional de los proyectos mineros.
- Reducción de conflictos por uso de agua: En áreas donde la escasez de agua es un problema grave, el uso de agua desalada para operaciones mineras puede aliviar la presión sobre los recursos hídricos locales. Esto minimiza los conflictos con las comunidades y otros usuarios del agua, como la agricultura, mejorando las relaciones comunitarias y facilitando la obtención de licencias y permisos.
- Innovación tecnológica: El impulso hacia la desalinización fomenta la innovación en tecnologías de tratamiento de agua, lo que puede llevar a desarrollos más eficientes y sostenibles. Estas innovaciones no solo benefician a la industria minera, sino también a otras industrias y comunidades que enfrentan desafíos similares de escasez de agua.
- Potencial de crecimiento verde: Integrar la desalinización con energías renovables, como la solar o eólica, puede crear sistemas energéticamente autónomos que reducen la huella de carbono de las operaciones mineras. Este enfoque alinea las operaciones mineras con los objetivos más amplios de sostenibilidad y cambio climático.
Cuando se trata de impacto y beneficios sobre la comunidad, los procesos de desalinización evitan el uso de recursos continentales que muchas veces son reservas naturales. En ese sentido, la desalinización desde el mar contribuye en la lucha contra la sequía o las olas de calor, permitiendo una reutilización sostenible en el tiempo.