El gigante de internet parece no detenerse en ambiciones comerciales competitivas. Inclusive, a pesar de ser dueño de gran parte de la web, se mueve entre permanentes intentos por hacer más grande su poderío, contando con intentos exitosos y otros menos felices.
Hoy, la estadística indica que las herramientas virtuales más usadas en el mundo son Facebook y WhatsApp y, algo en que se asemejan, es en la opción de vincular a las personas mediantes chats o textos en distintas plataformas. Es en ese escenario entonces, que Google intentará introducir a Google Spaces, una app cuya orientación parece ser más focalizada a las conversaciones en grupo que el resto de los chats y redes.
Aún en periodo de pruebas en la interna de la empresa, Google Spaces sería una aplicación de carácter social que serviría para crear “espacios de conversación” grupales sobre asuntos y temas específicos. A priori, habría de funcionar como cualquier otra aplicación de mensajería, en la cual sus participantes podrían intercambiar mensajes y compartir imágenes, vídeos, enlaces y emoticones.
Según las capturas de pantalla de Google Spaces que circulan por internet, la aplicación dispondrá de un buscador que servirá también para acceder a direcciones web sin salir de la plataforma, para luego adjuntarlas a las conversaciones grupales que se estén manteniendo. De ese modo, la consigna de crear un “espacio” de discusión en torno a un tema se cumpliría a cabalidad, puesto que los participantes podrán actualizarse respecto a un asunto de manera multimedial dentro de la conversación o ventana de chat.
La incertidumbre
No es primera vez que Google intenta imponer la novedad dentro de un campo virtual maduro. En el mundo de las redes sociales, fue muy poco el éxito que tuvo Google+ y, en mensajería, insertó a Hangouts e invirtió en ella para potenciarla a la fuerza, pero tampoco logró más prosperidad que la que brinda el sólo hecho de existir, pero no marcar diferencias. Claro está que no es sencillo obtener financiamiento a corto plazo para proyectos de tan enorme envergadura, por lo que la autosuficiencia del emprendimiento debe estar, en cierta importante medida, asegurada por el quehacer mismo del producto o servicio en cuestión.
En el caso de Google Spaces, que actualmente sólo puede ser descargada y utilizada por quienes trabajan en la compañía y sólo para ser probada internamente, la incertidumbre respecto al destino y posible éxito de este invento es alta.
Los entendidos no se atreven a aventurar si esta vez lo de Google quedará sólo en el cajón de las buenas ideas, si se integrará a otra plataforma ya existente y de mediano éxito (o mediano fracaso) o si será finalmente lanzada de manera autónoma y con mejoras que le aseguren un buen pasar por el cibermundo.
A decir verdad, en internet no sólo hay que estar y en cada nicho de mercado no sólo hay que participar. En todo orden de cosas en el universo comercial, lo más vital parece ser la trascendencia del producto y la fidelización que esta genere en la emocionalidad del usuario.
Es de esperar, entonces, que en Google la lección esté aprendida y se entienda, ahora sí, que no por nada Google+ se ha vuelto en un ejemplo de lo que no debe hacerse en el marketing de internet y las grandes marcas virtuales. Entre las razones que se describen para su fracaso están, por ejemplo, el hecho de que nunca quedó claro qué tipo de red social es, que no se conectó a fondo con el mundo de los negocios y que, a pesar de que ofrece prestaciones para casi todo, algo hubo en su estilo que no generó ningún tipo de arraigo y quedó en el completo abandono de una ciudad virtual que jamás fue habitada. Ojo.