Un trágico incidente ocurrió en la cárcel de Alto Hospicio, ubicada en la Región de Tarapacá, donde dos reos perdieron la vida y un tercero se encuentra en estado crítico. Los hechos se registraron en el módulo 52, que alberga a internos condenados por diversos delitos, lo que ha generado preocupación sobre las condiciones de seguridad y salud en el recinto penitenciario. La situación se desató tras el consumo de un licor de elaboración artesanal, lo que sugiere un posible caso de intoxicación.
Los fallecidos han sido identificados como Boris Castro, quien cumplía condena por manejo en estado de ebriedad, y Ramiro Choque, condenado por desacato y violación de un menor de catorce años. La combinación de la naturaleza de sus delitos y las circunstancias de su muerte ha despertado la atención de las autoridades y la sociedad en general, quienes exigen respuestas sobre la seguridad y control dentro de la cárcel.
El tercer interno afectado, cuyo nombre no ha sido revelado por las autoridades, se encuentra actualmente recibiendo atención médica en estado crítico. La situación ha llevado a un aumento en la vigilancia y controles sanitarios dentro de la prisión, así como a una investigación por parte de la Policía de Investigaciones (PDI) para esclarecer los hechos ocurridos en el módulo 52.
Este incidente pone de manifiesto la problemática del consumo de alcohol y sustancias en las cárceles chilenas, un fenómeno que ha sido denunciado en múltiples ocasiones. La falta de supervisión y las condiciones de hacinamiento en muchos recintos penitenciarios contribuyen a la proliferación de estas prácticas, que no solo ponen en riesgo la vida de los internos, sino también la de los funcionarios que trabajan en estas instituciones.
Las autoridades de la Región de Tarapacá han expresado su preocupación y han convocado a una reunión con responsables del sistema penitenciario para abordar la situación. Se espera que se implementen medidas más estrictas de control y prevención para evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir en el futuro, garantizando así la seguridad y bienestar de todos los internos y del personal que labora en el sistema penitenciario.