Sony, como cualquier otra compañía dentro del mercado fotográfico, tiene una nutrida familia de cámaras de todos los rangos posibles. Una de las más topes que se pueden encontrar son las Sony Alpha 9, que se constituyen como algunos de los dispositivos más potentes de la firma japonesa. Ahora, Sony ha lanzado la Sony Alpha 9 III, el último modelo que viene a competir con la gama alta.
La Alpha 9 III, o más bien, la Sony A9 III, destaca por un gran titular: es la primera cámara equipada, en palabras de Sony, con «el primer sensor Full Frame con sistema de obturador global». Esto le otorga unas velocidades de ráfaga de hasta 120 fps, sin distorsión ni blackout. Toda una monstruosidad que solo unas pocas cámaras, como la Nikon Z9, han logrado equiparar.
Además, estamos ante una cámara absolutamente bestial en lo que a especificaciones se refiere. No solo tiene el mismo sistema de autoenfoque híbrido con IA de los últimos modelos (como la Sony A7R V), sino que disfruta de innovaciones brutales, como la posibilidad de sincronizar el flash con todas las velocidades de disparo, sin límite.
La A9 III de Sony es real
Esta Sony A9 III es, junto a los modelos como la A1, de lo mejor que tiene la compañía. Así lo atestiguan sus principales funciones y su abultada lista de características. El corazón de esta cámara reside en un sensor de 24,6 megapíxeles apilado que, por supuesto, es Full Frame. El obturador global permite que a la hora de disparar el obturador, todos los píxeles queden capturados al mismo tiempo, evitando distorsiones en objetos rectos.
Está acompañado por el ya famosísimo motor de procesamiento de imágenes BIONZ XR, el mismo encontrado en las últimas cámaras de Sony lanzadas este año. Junto a la posibilidad de hacer ráfagas de 120 fps sin blackout y sin banding, se le añade un sistema de seguimiento automático que acompaña a estas 120 fotos por segundo. Esto se consigue gracias a una unidad de procesamiento de IA que usa el reconocimiento en tiempo real para reconocer sujetos y todo tipo de elementos.
Esta unidad está presente tanto en vídeo como en fotografía, y además de los sistemas de reconocimiento mejora el rendimiento de otros apartados, como el reconocimiento del ojo humano y el seguimiento en tiempo real automático. Por supuesto, la cámara está completamente estabilizada, con un sistema de estabilización óptica de 5 ejes que habilita hasta 8 pasos. Se promete, así, la capacidad de disparar en RAW comprimido y con enfoque automático en esas 120 fotos por segundo.
Las velocidades de obturación también resultan ser demenciales, gracias a que Sony ha eliminado las limitaciones del sensor de imagen con obturador mecánico. Así, la cámara puede alcanzar una velocidad de 1/80.000 de segundo, o lo que es lo mismo, 1/16.000 de segundo durante el disparo continuo. Por supuesto, sin distorsión ninguna. Y sí, con flashes de Sony se puede sincronizar el flash y hacer fotografías iluminadas con esta velocidad.
Parte trasera de la A9 III Sony Omicrono
Esto es tremendamente importante, ya que si el usuario hacía que la velocidad del obturador fuera mayor a la velocidad de sincronización del flash, este podía dejar sin iluminar una buena cantidad de fotos. Por si fuera poco, la cámara incluye un sistema Hi Frequency Flicker para acabar con problemas de parpadeo en sistemas de iluminación LED y así ajustar la velocidad con mayor precisión.
Sony afirma que su A9 III también cuenta con modos de retardo de disparo seleccionables que permiten priorizar el retardo del disparo o de la visualización del visor o monitor. La función Pre-capture habilita una novedad muy importante: que el usuario pueda volver hacia atrás un segundo y grabar el momento antes de pulsar el obturador.
La cámara, por otro lado, disfruta de un brutal buffer de memoria, en parte habilitado para soportar estas velocidades y ráfagas. Este buffer es capaz de permitir hasta 390 imágenes en Fine JPEG capturadas en una ráfaga continua de hasta 30 fps. La velocidad general de la propia cámara se ha visto ampliamente mejorada, aumentando la agilidad de sistema como tal. Por cierto, la A9 III tiene dos slots compatibles con tarjetas CFexpress Tipo A y tarjetas SD UHS-I y UHS-II.
Por si fuera poco, las áreas de enfoque personalizables que Sony habilita en sus cámaras han sido ampliadas; anteriormente, se incluían tamaños S, M y L. Ahora, se incluyen tamaños desde XS a XL, y la cámara es capaz de memorizar los parámetros de configuración del preajuste de enfoque y zoom para que se puedan reutilizar en cualquier momento.
El rendimiento de precisión de enfoque en condiciones de luz bajas también se ha visto ampliado. Los últimos algoritmos AF de la firma japonesa permiten enfocar en niveles de luz de EV-5, incluso en modo AF-S o seguimiento AF para disparo continuo F22. Por cierto, la A9 III También estrena una función de disparo de RAW compuesto, que combina múltiples imágenes para crear una imagen compuesta de alta resolución.
El vídeo también se beneficia del obturador global de Sony, ya que Sony promete que esta novedad elimina por completo la distorsión en este campo y en el de la fotografía. De hecho, es la primera Alpha capaz de grabar vídeo a 4K 120′ sin recorte, aunque también es capaz de grabar 4K 60p con sobremuestreo a 6K. No faltan los perfiles S-Cinetone y la posibilidad de grabar en S-Log3.
Por último, la A9 III también incluyen novedades para el flujo de trabajo. Por ejemplo, Sony ha implementado un filtro para la reproducción de imágenes en la cámara, que permite al usuario elegir fotografías entre un gran número de imágenes. Algo lógico, dada las brutales capacidades de ráfaga que posee esta cámara.
Otra novedad incluye la capacidad de transferir datos hasta 2 veces más rápido gracias al soporte para comunicaciones a 5 GHz, haciendo más rápidos los flujos de trabajo que requieran agilidad. Por otro lado, una futura actualización de software incluirá mejoras funcionales con operatividad FTP, reproducción en relé y soporte para formatos C2PA.