Durante su visita al estado de Tlaxcala, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un ambicioso plan para el saneamiento del Río Atoyac, una iniciativa clave en su administración que también se extenderá a los ríos Lerma-Santiago y Tula. Sheinbaum enfatizó la necesidad de que México, ocupando la doceava posición mundial en términos económicos, priorice la solución a la creciente contaminación de sus cuerpos de agua. Acompañada por líderes regionales, la mandataria declaró: «No podemos permitir que nuestro crecimiento económico se realice a costa de nuestro medio ambiente». Esta declaración resalta la urgencia de abordar los problemas ambientales que afectan la salud pública y la biodiversidad en el país.
La presidenta identificó que gran parte de la contaminación del Río Atoyac se origina debido a la inoperatividad de numerosas plantas de tratamiento de aguas residuales. La falta de recursos ha llevado a descargas industriales y municipales sin el tratamiento adecuado. Para contrarrestar esta problemática, Sheinbaum delineó cuatro estrategias fundamentales: la implementación de plantas con tecnologías más eficientes, la colaboración entre los tres niveles de gobierno, la imposición de sanciones a empresas que incumplan las normas ambientales y la construcción de drenajes marginales para prevenir descargas directas al río. Estas acciones buscan no solo limpiar el río, sino también restaurar su ecosistema.
En el marco del Plan Hídrico Nacional 2024-2030, Sheinbaum reveló que se llevará a cabo una revisión exhaustiva de las concesiones de agua otorgadas durante el periodo neoliberal. La presidenta criticó la mercantilización del agua y la entrega de concesiones sin considerar su disponibilidad. Informó que su administración ha recuperado 3 mil millones de metros cúbicos de concesiones, una cantidad que triplica el consumo anual de agua de la Ciudad de México. Este esfuerzo está orientado a reestructurar el manejo del agua en el país, instando a los industriales a devolver concesiones no utilizadas, con el objetivo de restablecer la gestión sostenible de este recurso vital.
La inversión histórica en proyectos hídricos fue otro tema destacado por la presidenta, quien anunció una asignación federal de 24 mil millones de pesos para este año. Sumando los aportes de estados y municipios, el total asciende a casi 50 mil millones de pesos. Esta inversión tiene como finalidad garantizar el acceso al agua potable en comunidades marginadas y mejorar los sistemas de riego agrícola, que actualmente desperdician el 80% del agua consumida en el país. Con estas iniciativas, la administración busca no sólo cumplir con el derecho humano al agua, sino también fomentar un uso más eficiente y equitativo del recurso hídrico.
Claudia Sheinbaum concluyó su intervención subrayando que la sostenibilidad del agua es un reto que debe ser abordado con unidad y compromiso entre todos los sectores de la sociedad. El llamado a la acción incluye a las empresas, comunidades y gobiernos, quienes deben colaborar en la preservación de este recurso esencial. A medida que el cambio climático y la urbanización continúan afectando los patrones hídricos, la presidenta destacó que las políticas implementadas en su administración serán vitales para garantizar un futuro en el que todos los mexicanos tengan acceso seguro y sustentable al agua, promoviendo así la salud y el bienestar en el país.