El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, sorprendió al país este martes con la proclamación de una ley marcial de emergencia bajo el argumento de proteger el “orden constitucional” frente a supuestas actividades “antiestatales”. La medida ha generado una fuerte crisis política y social, llevando a miles de ciudadanos a protestar en las calles y a la Asamblea Nacional a votar rápidamente su revocación.
Ley marcial: razones y reacciones
En un discurso televisado, Yoon acusó al Partido Democrático (PD), que tiene mayoría en la Asamblea Nacional, de actuar como una «fuerza pronorcoreana» y promover amenazas contra la seguridad del país. Justificó la ley marcial como necesaria para “eliminar a los elementos antiestatales” y salvaguardar los valores de una Corea del Sur democrática y libre frente a las influencias comunistas.
La decisión fue desencadenada tras una serie de acciones del PD, incluida la aprobación de los presupuestos generales para 2025 sin el apoyo del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) y mociones para destituir al fiscal general y al responsable de la Junta de Auditoría e Inspección.
Bajo la ley marcial, el comando militar liderado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Park An-su, prohibió toda actividad política, incluidas protestas y manifestaciones. Además, tropas del ejército fueron enviadas a la Asamblea Nacional, desatando tensiones en el entorno político y en las calles.
La Asamblea Nacional responde y revoca la medida
En una sesión plenaria extraordinaria, la Asamblea Nacional, dominada por el PD, votó con 190 votos a favor para revocar la ley marcial, obligando constitucionalmente al presidente Yoon a retirar la medida. La decisión se tomó mientras miles de manifestantes protestaban frente a la sede legislativa, denunciando la ley marcial como un ataque a la democracia.
La sesión transcurrió en un ambiente tenso, con el complejo legislativo rodeado por un gran despliegue policial y militar. Aunque no se reportaron incidentes graves, la presencia de tropas en la Asamblea Nacional generó críticas generalizadas tanto dentro como fuera de Corea del Sur.
Un país dividido
La declaración y rápida revocación de la ley marcial reflejan un momento de alta polarización en Corea del Sur. Mientras Yoon defiende la medida como un acto necesario para preservar el orden constitucional, la oposición y amplios sectores de la sociedad consideran que fue un intento de consolidar el poder y silenciar a sus críticos.
La situación plantea interrogantes sobre el futuro político del presidente y las instituciones democráticas del país. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Corea del Sur, mientras los ciudadanos exigen un retorno a la estabilidad y el respeto a los principios democráticos.